Ahora que falta tan poquitos días para la
Navidad, fiesta de paz y reconciliación, sería bueno saldar viejas cuentas con
quienes creamos estar distanciados. Quizá el daño hecho no pueda ser remediado
con una disculpa, pero sí el rencor que ese daño haya originado.
He sido testigo en estos años que regresé a Tacna
una serie de discordias entre nuestros personajes locales que no he visto en
otros lugares. El más resaltante de todos es el largo conflicto que se puede
escuchar día a día entre nuestras emisoras tacneñas. Hay acusaciones, insultos
y demás muy poco justificables. Está bien disentir o tener puntos de vista “ideológicos”
diferentes, pero eso no es motivo para andar echando barro al otro. Todos conocemos
a quiénes me refiero.
El otro, el que tenemos entre nuestras
autoridades, si nos son los regidores con los alcaldes los enemistados, son
ellos mismos los que no se quieren ver. Juntando este caso con el anterior, hay
también diferencias que ya parecen odios entre algunas emisoras y las
autoridades, sea con el alcalde de Tacna, sea con el gobernador regional.
Y para cerrar, tenemos hasta conflicto entre
nuestra intelectualidad. Suena inverosímil, pero la discordia está entre
nuestros estudiosos locales. Todo con origen en las diferencias “ideológicas”, al
de tendencia socialista no le gusta el liberal y probablemente viceversa.
La pregunta es, ¿Por qué todo esto? ¿Por qué
tanto conflicto al parecer irreconciliable? Espero estar exagerando, y si no, ¡Feliz
Navidad y Feliz 2016! Ya llega el Bicentenario. No es momento de tanta
pendencia. Cada uno puede aportar desde su propia tribuna a una Tacna y un
mejor Perú. Es el deber de todos, sobre todo de los que están en algún tipo de vanguardia. Sepamos que es un deber desde nuestro mismo nacimiento como país.
"Firme y feliz por la unión", nuestro lema nacional, por desgracia, poco conocido entre nosotros mismos.
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