Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

jueves, 23 de enero de 2014

UN TACNEÑO Y LA HAYA I

Soy tacneño. Supongo que esta cualidad me hace especial por estos días. Este lunes 27 de enero, los ojos de todo el Perú se dirigirán a la antigua y elegante ciudad de La Haya, pero también a mi pequeña y tranquila Tacna. Todos los medios hablan de esto últimamente.

Para ser franco, no estoy tan enterado del tema como se pensaría de un tacneño, directamente afectado por el resultado que se leerá el 27; mucho más si se tiene en cuenta que pertenezco al  grupo de los llamados “tacneños netos”, como dicen algunos huachafos, que ha tenido  a sus bisabuelos viviendo y padeciendo el Cautiverio, o a sus tatarabuelos como soldados en la guerra contra los chilenos. Me siento incluso culpable: soy estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Jorge Basadre; debería estar mucho más enterado sobre el asunto. Pero me justifico diciendo que hace mucho calor allá afuera  como para salir a entrevistar a la gente en las plazas usando mi grabadora y fingiendo ser reportero de alguna de las radios locales (Uno, Tacna, Super Estéreo, Power) como solía hacerlo en invierno. Además, estamos de vacaciones en la U y, no es por criticar sino para sincerar, no he aprendido nada valioso el año pasado. Lo poco que recuerdo de mi actual alma máter es la Bienvenida Cachimbo, augusta y civilizada ceremonia en la que me pelaron y embadurnaron de porquería contra mi voluntad. También recuerdo algunas pocas frases de mis profesores, auténticos representantes de la década universitaria de 1980.

Bueno, creo que me estoy saliendo del tema. Aunque ni tanto. En realidad, me doy cuenta de que reflejo al promedio poblador de Tacna que espera el Fallo de la Corte, pero tampoco es algo que le quite el sueño o lo haga distraerse demasiado de su día a día. Aquí, las propuestas de Alan y de los congresistas locales no han calado sino en una pequeña minoría.

Tenemos casi la misma confianza que el resto del país sobre un resultado favorable para Tacna y para el Perú. Sabemos también de la “astucia” que los rotos usarán, no para negar a rajatabla lo que les desfavorezca, pero sí para retrasar la aplicación de la Corte el mayor tiempo posible.

Es cierto, existe mucha opinión al norte de nosotros que niega lo anterior: Chile es un país democrático y sumamente respetuoso de las leyes, con un prestigio internacional que no puede poner en entredicho; no habrá problema alguno. Quienes creen en el uso de malas mañas para evitar un Fallo adverso, son personas muy emocionales. Gente con los lentes del siglo XIX, dirían ellos.


Sin embargo, en mi opinión, aquellos educados y modernos tipos no se hallan en el siglo XIX, pero tampoco en el XX ni en el XXI. Pretenden tapar en su totalidad la injusta guerra del siglo XIX, olvidar el famoso Plebiscito nunca celebrado en el siglo XX y quieren minimizar lo más posible la actitud con la que Colombia viene instruyendo y motivando a los chilenos en caso sea necesario. Y esto en pleno siglo XXI. En Tacna los tenemos más cerca y con más frecuencia; conocemos mucho la arrogancia que exudan algunos rotos como para comernos fácil el cuento diplomático; eso sí, nosotros votamos por la solución pacífica. 



Continúa

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