Soy tacneño. Supongo que esta
cualidad me hace especial por estos días. Este lunes 27 de enero, los ojos de
todo el Perú se dirigirán a la antigua y elegante ciudad de La Haya, pero
también a mi pequeña y tranquila Tacna. Todos los medios hablan de esto
últimamente.
Para ser franco, no estoy tan
enterado del tema como se pensaría de un tacneño, directamente afectado por el
resultado que se leerá el 27; mucho más si se tiene en cuenta que pertenezco
al grupo de los llamados “tacneños
netos”, como dicen algunos huachafos, que ha tenido a sus bisabuelos viviendo y padeciendo el
Cautiverio, o a sus tatarabuelos como soldados en la guerra contra los
chilenos. Me siento incluso culpable: soy estudiante de Ciencias de la Comunicación
en la Universidad Jorge Basadre; debería estar mucho más enterado sobre el
asunto. Pero me justifico diciendo que hace mucho calor allá afuera como para salir a entrevistar a la gente en
las plazas usando mi grabadora y fingiendo ser reportero de alguna de las
radios locales (Uno, Tacna, Super Estéreo, Power) como solía hacerlo en
invierno. Además, estamos de vacaciones en la U y, no es por criticar sino para
sincerar, no he aprendido nada valioso el año pasado. Lo poco que recuerdo de
mi actual alma máter es la Bienvenida
Cachimbo, augusta y civilizada ceremonia en la que me pelaron y embadurnaron de
porquería contra mi voluntad. También recuerdo algunas pocas frases de mis
profesores, auténticos representantes de la década universitaria de 1980.
Bueno, creo que me estoy saliendo
del tema. Aunque ni tanto. En realidad, me doy cuenta de que reflejo al
promedio poblador de Tacna que espera el Fallo de la Corte, pero tampoco es
algo que le quite el sueño o lo haga distraerse demasiado de su día a día.
Aquí, las propuestas de Alan y de los congresistas locales no han calado sino
en una pequeña minoría.
Tenemos casi la misma confianza
que el resto del país sobre un resultado favorable para Tacna y para el Perú.
Sabemos también de la “astucia” que los rotos usarán, no para negar a rajatabla
lo que les desfavorezca, pero sí para retrasar la aplicación de la Corte el
mayor tiempo posible.
Es cierto, existe mucha opinión
al norte de nosotros que niega lo anterior: Chile es un país democrático y
sumamente respetuoso de las leyes, con un prestigio internacional que no puede
poner en entredicho; no habrá problema alguno. Quienes creen en el uso de malas
mañas para evitar un Fallo adverso, son personas muy emocionales. Gente con los
lentes del siglo XIX, dirían ellos.
Sin embargo, en mi opinión,
aquellos educados y modernos tipos no se hallan en el siglo XIX, pero tampoco
en el XX ni en el XXI. Pretenden tapar en su totalidad la injusta guerra del
siglo XIX, olvidar el famoso Plebiscito nunca celebrado en el siglo XX y
quieren minimizar lo más posible la actitud con la que Colombia viene
instruyendo y motivando a los chilenos en caso sea necesario. Y esto en pleno
siglo XXI. En Tacna los tenemos más cerca y con más frecuencia; conocemos mucho
la arrogancia que exudan algunos rotos como para comernos fácil el cuento
diplomático; eso sí, nosotros votamos por la solución pacífica.
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