Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

sábado, 6 de agosto de 2011

LA biblioTECA PARTE 1

Dividiré este escrito (de redacción actual, ahora sí) en dos partes:






MIÉRCOLES 13-07-2011


Me contaba un amigo hace poco que había reportes que colocaban a Tacna en una envidiable posición educativa. Según él, estamos entre los más altos promedios del país.


Esto suena simplemente sorprendente, dado que nuestra querida ciudad casi no tiene centros culturales para hacer gente más culta; tampoco cuenta cob óptima infraestructura académica para hacer gente mejor educada; y, hasta donde sé, el nivel docente no es tan profesional para hacer más y mejores profesionales y técnicos.



Añadamos, además, al pueblo  tacneño, al parecer no muy dado al estudio -situación más o menos similar en todo el territorio patrio-. Y agregaré algo más: las autoridades no están interesadas en el aspecto educativo (¡vaya novedad!).


Las afirmaciones precedentes merecen argumentaciones sesudas, pero el título de este posteo me obliga a tratar solo lo aseverado en el último párrafo, y no más que con un ejemplo.



Tomemos los dos factores: la gente («el pueblo tacneño») y las autoridades. No sé de cuál de ellos venga la causa y de cuál el efecto, o si cada uno es causa y efecto a la vez. Ambos, en la sección de Opinión del diario TACNAMANTA, aparecen representados por sendos comentarios que transcribimos a continuación:


-       Yo, Bictor, el hijo del pueblo (B1),  digo que las autoridades de Tacna no se preocupan por la educación. Los centros culturales son poquitos, aburridos y apenas se publicitan. Esos señores no desean invertir en nuestros cerebros, y únicamente le prestan atención al ámbito cultural si con él obtiene réditos políticos.


-       Yo, Bictor el alcalde (B2),  digo que ese hijo del pueblo me desanima a menudo. Fíjense no más que cada vez que intento hacer algo por la educación y cultura de Tacna en la Casa Basadre u otro sitio, el otro Bictor no va. Prefiere jugar Dota o echarse unas aguas en el Ibiza. ¿Por qué voy a gastar plata por  gusto, entonces? Mejor sigo haciendo mis vereditas, pues.



Claro que  B2 tiene más responsabilidad de hacer lo que el pueblo necesita que lo que quiere.

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