IMPORTANCIA DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN

Una historia aleccionante que refleja la importancia de la buena redacción, con los signos de puntuación en su lugar, para evitar ambigüedades o que alguien se quiera pasar de vivo:

Pedrito González llegó un día del colegio con media hora de retraso. Era la quinta vez que pasaba, ¡y recién íbamos por abril! Su papá le preguntó el porqué de la demora.

 

Juanito me dijo «feo» y yo tuve que darle su merecido. El profe me vio y me dejó castigado.

Entonces, el señor González le dicta a su hijo un comunicado en su agenda. El comunicado deberá entregarlo mañana apenas entre al salón de clases. Daba la causalidad que el profesor también se llamaba Pedro.

Lo que quiso comunicar el papá al profesor fue esto:

Señor maestro: Pedro es un pícaro. Usted lo corregirá como se merece. El señor auxiliar lo va a encerrar por pegar a los niños. Si no se enmienda el chico me lo dirá, y yo le daré una buena paliza.

Pero, nuestro astuto Pedrito lo entendió (y escribió) así:

Señor maestro Pedro: es un pícaro usted. Lo corregirá como se merece el señor auxiliar: lo va a encerrar por pegar a los niños. Si no se enmienda, el chico me lo dirá y yo le daré una buena paliza.

¿Ven lo importante que es usar correctamente los signos de puntuación a la hora de escribir? 

Y, a todo esto, ¿cómo le fue a Pedrito González? Pues, me cuentan que la viveza no le sirvió más que esa vez. A la siguiente, el profesor mandó llamar al padre de familia y ahí, ni las comas ni los dos puntos pudieron salvar al diablillo del regaño paterno.