Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

lunes, 3 de marzo de 2014

"EL TUNANTE", JUAN PICHÓN

Sería una vergüenza no mejorar, no volver algo distinto, no tener más que dar, sea el oficio o situación que sea. La forma más sencilla –y barata- de superarse a uno mismo es leer, cuando no salir a mirar la calle. Entre ambas, he preferido la primera de ellas, a causa de este caluroso verano.

"El Tunante” rajó de nuestras instituciones hace casi un siglo. Sin embargo, algunas de sus críticas bien pueden volver a sonar en nuestros días. He encontrado un textito suyo muy sabroso que quiero compartir: “Juan Pichón”, el abogado (¿por qué nuestros satíricos se meten tanto con la Jurisprudencia?) obtiene su carrera a costa de otros y, con poco estudio y mucha sobonería, logra finalmente, el puesto de Juez en el pueblo de Pelagatos*  en donde, junto con los "principales” civiles y  eclesiásticos hace del dolo y soborno sus mayores ganancias.

¿Serán así todos los abogados? Recuerdo que hace años escribí una historia sobre un tal Aguleyo Desrábula, rey de la farsa, señor de la vida licenciosa, y la publiqué en una página web cuyo rastro he perdido. No se me olvida tampoco el mediocre cuento (yo no soy literato) de 2004 sobre Óscar El Abogado, escrito en momentos en que aprendía latín en la Biblioteca de Tacna**; en estas historias, seguía con la línea sarcástica de "El Tunante", aunque nunca lo había leído.

Es raro, porque en particular, no creo que todos los abogados sean tan ruines y brutos como los pintan estos textos. Tengo amigos abogados y, hasta ahora, no los he visto en las portadas policiales del Caplina, el diario de Tacna. Además, mi hermano está siguiendo estudios de leyes para ser un futuro defensor de los desvalidos, paladín de la justicia, luminaria de la Ley, y yo le deseo lo mejor de lo mejor, porque esa profesión tan memorística y labial, algo de bueno debe de tener.


Me ganó la pluma. En una entrada aparte colocaré la adaptación que hice al “Juan Pichón" de Abelardo Gamarra, “El Tunante”.

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* Si no pone ese nombre por broma, se refiere quizá al caserío del mismo nombre en Pampa, provincia de Pallasca  en el departamento de Áncash.
** Quizá, en algún momento de ausencia de amor propio, la publicaré.


"La Justicia" tuerta de los dos ojos, como diría nuestro autor.


Abelardo Gamarra Rondó "El Tunante"

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