Sería
una vergüenza no mejorar, no volver algo distinto, no tener más que dar, sea el
oficio o situación que sea. La forma más sencilla –y barata- de superarse a uno
mismo es leer, cuando no salir a mirar la calle. Entre ambas, he preferido la
primera de ellas, a causa de este caluroso verano.
"El
Tunante” rajó de nuestras instituciones hace casi un siglo. Sin embargo,
algunas de sus críticas bien pueden volver a sonar en nuestros días. He encontrado
un textito suyo muy sabroso que quiero compartir: “Juan Pichón”, el abogado (¿por
qué nuestros satíricos se meten tanto con la Jurisprudencia?) obtiene su carrera
a costa de otros y, con poco estudio y mucha sobonería, logra finalmente, el
puesto de Juez en el pueblo de Pelagatos* en donde, junto con los "principales” civiles y eclesiásticos hace del dolo y soborno sus
mayores ganancias.
¿Serán
así todos los abogados? Recuerdo que hace años escribí una historia sobre un
tal Aguleyo Desrábula, rey de la farsa, señor de la vida licenciosa, y la
publiqué en una página web cuyo rastro he perdido. No se me olvida tampoco el mediocre
cuento (yo no soy literato) de 2004 sobre Óscar El Abogado, escrito en momentos
en que aprendía latín en la Biblioteca de Tacna**; en estas historias, seguía con la línea sarcástica
de "El Tunante", aunque nunca lo había leído.
Es
raro, porque en particular, no creo que todos los abogados sean tan ruines y
brutos como los pintan estos textos. Tengo amigos abogados y, hasta ahora, no
los he visto en las portadas policiales del Caplina, el diario de Tacna. Además,
mi hermano está siguiendo estudios de leyes para ser un futuro defensor de los
desvalidos, paladín de la justicia, luminaria de la Ley, y yo le deseo lo mejor
de lo mejor, porque esa profesión tan memorística y labial, algo de bueno debe
de tener.
Me
ganó la pluma. En una entrada aparte colocaré la adaptación que hice al “Juan
Pichón" de Abelardo Gamarra, “El Tunante”.
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* Si no pone ese nombre por broma, se refiere quizá al caserío del mismo nombre en Pampa, provincia de Pallasca en el departamento de Áncash.
** Quizá, en algún momento de ausencia de amor propio, la publicaré.
"La Justicia" tuerta de los dos ojos, como diría nuestro autor.
Abelardo Gamarra Rondó "El Tunante"
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