Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

LA HISTORIA DE EFRAÍN CHOQUE, PARTE I


Tacna y la Historia

Se ha dicho que Arequipa se caracteriza por una ilustre tradición jurídica* del mismo modo que en Tacna es singular su tradición historiográfica, o mejor dicho, de historiadores. Esta distinción para la Heroica Ciudad recibe un impulso terminante a partir de la Guerra con Chile y el posterior Cautiverio.

En primera instancia, esta tesis parece verosímil. Tenemos ilustres tacneños dedicados a la historia, de los que Jorge Basadre es solo el nombre más reconocido.  Realizar un estudio detallado sobre esta caracterización “historiadora” de Tacna no sería labor perdida, sino sumamente ilustradora. Desde Ignacio de Castro y su Relación… del siglo XVIII hasta la obra del profesor Choque, que pasaré a comentar en unos momentos, la Historia (con mayúscula) ha tenido un feraz ambiente en Tacna.


La Historia de Tacna

El profesor Efraín Choque Alanoca (Tacna, 1962) ha publicado en agosto de este año una “Historia de Tacna” que describe nuestra región desde sus orígenes líticos hasta inicios del s. XXI. Es un texto breve (si se quiere comparar, digamos, con la ya monumental obra de Cavagnaro) que no pretende prolijidad. Ya su mismo subtitulado lo advierte: Una síntesis histórica de sus pueblos.

Portada del ejemplar que poseo de la Historia de Tacna de Efraín Choque. Es su primera edición.

Al ser trabajo sintético, el libro no abunda en disquisiciones largas o pormenores de nuestra historia local, sino en mantener el conjunto de ella, su continuidad y la forma en que llegamos a la Tacna actual. Eso sí, el autor no se ciñe solamente a los temas y nombres de siempre, de la historia oficial diría él. Choque procura interiorizar en el lector que lo que conocemos como Tacna no es solamente la capital de la provincia homónima, ni sus hijos solo los apellidos que se leen en los textos escolares, en su mayoría de origen foráneo.

Asimismo, en lugar de resaltar glorias individuales, el autor prefiere la obra grupal, colectiva, de “los pueblos de Tacna”. El hecho de dar el mismo trato a la ciudad capital de Tacna y a las otras provincias (véase por ejemplo, pp. 52-58), cierra un cuadro que aboga por conocer y apreciar “una Tacna integral, con todos sus pueblos y cuencas históricas: la de Candarave-Locumba-Ite, la del Maure-Tarata-Sama y la del Caplina” (p. 08).

Esta Historia, aunque breve, además de los datos generales sobre Tacna, contiene información poco conocida como, digamos, el hecho de que Tacna tiene espacio insular, pequeñísimo es cierto (solo 0.16 kilómetros), pero isla al fin.

Tenemos, del mismo modo, el dato que narra el apoyo de los antiguos tacneños a la rebelión de Manco Inca, las poco conocidas acciones de Juan Buitrón y Tacna en favor del levantamiento de Túpac Amaru II, las innumerables  correrías de Pacheco de Céspedes durante y después de la guerra con Chile, etc. Estos hechos, unidos a las gestas de Zela, el Alto de la Alianza y el Cautiverio dan ese toque particular, casi excepcional, que posee nuestra historia local.


Sobre el origen del nombre Tacna

La primera Historia de Tacna que leí fue para un concurso interescolar. Dicho libro, de autoría múltiple incluyendo al mismo Choque Alanoca, se titulaba Nueva historia general de Tacna. Entre sus anexos, hay uno de autoría de Luis Cavagnaro. Allí se confirma una acentuación esdrújula al topónimo ancestral [tákana]. La idea, que es en realidad del finado historiador Juan José Vega, aparenta contar con buen asidero, frente a la “clásica” acentuación llana y de origen aimara [takána]. Entre ambas versiones, personalmente, me decanté por la afirmación de Cavagnaro y siempre la defendí y propalé.

De ahí que, el inicio de la Parte Tercera del nuevo libro de Choque (el de 2015), rotulado “El origen del topónimo Tacna” (pp. 37-41) tomara mi máxima atención e interés.

Esta sección de la Historia de Choque no se jacta de ser ni definitiva, ni propia. Asigna un origen puquina al pueblo y la lengua originaria de nuestra ciudad, además, al paso, lanza el anatema a la versión que difundió Cavagnaro (la de la acentuación esdrújula del antiguo nombre de Tacna, [tákana]).


En particular, habría mantenido mi fe en las notas del don Luis, de no ser que Choque basa estos párrafos en un lingüista, que es el personaje más a propósito para deslindar un tema a todas luces etnolingüístico. ¡Y de qué lingüista! Al leer la cita incrustada con el nombre de Rodolfo Cerrón-Palomino, no pude sino dudar muy seriamente de aquellas notas. Lo del origen puquina está bien explicado y parece una tesis consistente.


El profesor y lingüista Rodolfo Cerrón-Palomino es una autoridad indudable en lingüística andina.


Luis Cavagnaaro Orellana es otro de los historiadores de nuestra ciudad.



En una segunda parte, que ya está concluida, entraré en la edición formal y algunos datos extra que presenta este buen libro de Historia.

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*Tenemos, por ejemplo, a personajes de la talla de los Paz-Soldán, García Calderón, Bustamante y Rivero, Belaúnde y un largo etcétera.



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