Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

martes, 28 de enero de 2014

LA HAYA II

Changos, no se me ocurre nada que escribir. Ya pasó lo del Fallo. Todos los medios han tratado sobre el tema hasta más no poder. Hay buenos memes sobre el asunto; los tuiteros y feisbukeros no paran de dar sus acertadísimas opiniones, muchas de ellas opuestas. Se dice: ganó el Perú, perdió el Perú; ganó Tacna, perdió Tacna; ganamos mar; perdimos mar; halla paz entre países hermanos, vamos a reconquistar Santiago; gran equipo diplomático, traidores de mela; :), :(; etc.}

Qué pena que no nos dieran más. De la pena hasta pasa a la rabia. En fin, habrá que cerrar el capítulo de una vez por todas, para no seguir peleándonos tanto con los rotos. Mucha energía y tiempo gastamos en eso; hay que enfocarnos en nosotros ahora y desarrollarnos tanto como para pronto sobrepasar a los chilenos a quienes tanto observamos. Una victoria así será más aleccionante que la que dicen obtuvimos ayer.


Tengo un mapa del Perú hace buen tiempo donde se ve lo que queríamos ganar (EL PERÚ Y SU RICO MAR): 


Ahora, ¿lo tendré que sacar porque el Fallo no lo dispuso así?

Mmmm...Ni hablar. Como no soy entidad oficial de nadie más que de mí mismo, no pasa nada y lo dejo así, tal y como lo he tenido todo este tiempo. Aunque me gustaría más ponerle este mapa: 






viernes, 24 de enero de 2014

UN TACNEÑO Y LA HAYA II

Rosa, mi mamá, anda preocupada por estos días. Ella vende jugos en el Mercado Central y sabe –todos en casa lo sabemos- que muchos de sus ingresos se deben a los clientes chilenos. “Imagínate que pase lo que dicen esos señores de la radio, Toño,  si cierran la frontera o vienen mucho menos turistas, ¿quién va a comprar mis jugos?”, me dice ella a la hora del almuerzo. Yo trago en seco y no respondo. Papá, profesor estatal contratado, reacciona al punto ante mi silencio y el de mi hermano: “Mejor que no vengan esos rotos engreídos; en el Centro hay puro chileno. Ya parecemos chilenos. ¿Sí o no, Toño? ¿Acaso no podemos ganarnos la plata sin depender de esos cojudos?

Papá siempre ha sido así. No es que odie a los chilenos, pero tampoco los estima. A los mucho, los tolera porque no tiene otra opción y es inteligente para reconocer que los turistas incentivan los negocios de la ciudad. Aunque los preferiría más lejos. Todo esto no quita que se alegre cuando eliminan o golean a los equipos chilenos en la Libertadores y es un declarado enemigo del producto mapocho. En casa tomamos Kimbo y no Eco en la cena; Don Antonio en lugar de Molitalia en el almuerzo; una Soda Field (o mejor aun si fuera GN Soda) en vez de Nick si nos queremos dar un gustito. Y, siguiendo con la línea, usamos Dento, Paisana, KR, Llamagás y Patito, grupo que conforma un dedicado hogar peruanista.

Sus hijos hemos, naturalmente, asimilado algunos patrones paternos, pero en menor medida. A mí me encanta la uva chilena y no he descartado abandonar las insípidas clases de Relaciones Públicas y Periodismo de la Universidad para irme a estudiar Negocios Internacionales en el Neumann,  a pesar de que este Instituto tiene convenios y fuertes vínculos con una Universidad chilena. El día que insinué este deseo en casa, papá puso una cara que reflejaba claramente su pensamiento (“¡Estudiar y sacar un título de una universidad chilena! ¡Oh, Dios!”)

A mamá no le llama la atención este tipo de problemas. Mientras haya trabajo y se viva dignamente, se da por satisfecha. A mi hermano, dos años menor que yo, nada le interesa más que “levear” en el Audition Latino; allí tiene muchas amigas y amigos chilenos.

En fin, acá en Tacna, el número de personas que creen (y estimulan) seriamente el conflicto peruano-chileno es reducido. Definitivamente, los tacneños queremos que se haga justicia y se nos otorgue la franja que se nos debe aun a riesgo de ganarnos alguna ira del sur. Estamos, no obstante, confiados en que el grado de civilización a que hemos llegado impide las ideaciones más pesimistas de ambos bandos, más bien, lo contrario, la espera de una mayor amistad y cooperación entre estos países que, al fin y al cabo, serán vecinos hasta que Bolivia sea una superpotencia, o sea de aquí a muy muy largo tiempo. Es mi madre quien opina así, y yo sigo su razonamiento por ser  el más cuerdo.

El día 27, si pudiera –ganas no me faltan- iría con mis amigos a la playa, alquilaría un bote pesquero y, apenas anunciado el Fallo favorable, izaría la hermosa rojiblanca y enrumbaría a nuestro ‘nuevo’ territorio acabado de rescatar, pescando sin parar, y me dirigiría hasta el extremo del ‘nuevo’ límite para allí, orgulloso, apuntar a mar chileno y desaguar el espíritu sobre él. Es mi padre quien sonreiría socarronamente a esta iniciativa, y a mí solo me quedaría decirle: “¡Gracias, viejo, por tener la misma sangre que tú!”



*Es una narración literaria, a propósito.

jueves, 23 de enero de 2014

UN TACNEÑO Y LA HAYA I

Soy tacneño. Supongo que esta cualidad me hace especial por estos días. Este lunes 27 de enero, los ojos de todo el Perú se dirigirán a la antigua y elegante ciudad de La Haya, pero también a mi pequeña y tranquila Tacna. Todos los medios hablan de esto últimamente.

Para ser franco, no estoy tan enterado del tema como se pensaría de un tacneño, directamente afectado por el resultado que se leerá el 27; mucho más si se tiene en cuenta que pertenezco al  grupo de los llamados “tacneños netos”, como dicen algunos huachafos, que ha tenido  a sus bisabuelos viviendo y padeciendo el Cautiverio, o a sus tatarabuelos como soldados en la guerra contra los chilenos. Me siento incluso culpable: soy estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Jorge Basadre; debería estar mucho más enterado sobre el asunto. Pero me justifico diciendo que hace mucho calor allá afuera  como para salir a entrevistar a la gente en las plazas usando mi grabadora y fingiendo ser reportero de alguna de las radios locales (Uno, Tacna, Super Estéreo, Power) como solía hacerlo en invierno. Además, estamos de vacaciones en la U y, no es por criticar sino para sincerar, no he aprendido nada valioso el año pasado. Lo poco que recuerdo de mi actual alma máter es la Bienvenida Cachimbo, augusta y civilizada ceremonia en la que me pelaron y embadurnaron de porquería contra mi voluntad. También recuerdo algunas pocas frases de mis profesores, auténticos representantes de la década universitaria de 1980.

Bueno, creo que me estoy saliendo del tema. Aunque ni tanto. En realidad, me doy cuenta de que reflejo al promedio poblador de Tacna que espera el Fallo de la Corte, pero tampoco es algo que le quite el sueño o lo haga distraerse demasiado de su día a día. Aquí, las propuestas de Alan y de los congresistas locales no han calado sino en una pequeña minoría.

Tenemos casi la misma confianza que el resto del país sobre un resultado favorable para Tacna y para el Perú. Sabemos también de la “astucia” que los rotos usarán, no para negar a rajatabla lo que les desfavorezca, pero sí para retrasar la aplicación de la Corte el mayor tiempo posible.

Es cierto, existe mucha opinión al norte de nosotros que niega lo anterior: Chile es un país democrático y sumamente respetuoso de las leyes, con un prestigio internacional que no puede poner en entredicho; no habrá problema alguno. Quienes creen en el uso de malas mañas para evitar un Fallo adverso, son personas muy emocionales. Gente con los lentes del siglo XIX, dirían ellos.


Sin embargo, en mi opinión, aquellos educados y modernos tipos no se hallan en el siglo XIX, pero tampoco en el XX ni en el XXI. Pretenden tapar en su totalidad la injusta guerra del siglo XIX, olvidar el famoso Plebiscito nunca celebrado en el siglo XX y quieren minimizar lo más posible la actitud con la que Colombia viene instruyendo y motivando a los chilenos en caso sea necesario. Y esto en pleno siglo XXI. En Tacna los tenemos más cerca y con más frecuencia; conocemos mucho la arrogancia que exudan algunos rotos como para comernos fácil el cuento diplomático; eso sí, nosotros votamos por la solución pacífica. 



Continúa

jueves, 9 de enero de 2014

PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE ISTORIA EN TACNA

Para calentar los ánimos, nuestros excelentísimos  representantes han sugerido algunas formas de recibir el, ya famoso, FALLO de la Corte de La Haya. Condori, en la apoteosis a los valores cívicos, propuso hacer feriado el día 27 para que los tacneños podamos ver, cómodamente, en nuestros hogares o en las plazas principales vía pantallas gigantes , la victoria peruana en La Haya. Pari, centrado y erudito, prefiere embanderar la ciudad "como un gesto de respeto." Para no quedarse atrás, las ilustres damas de la Sociedad de Señoras aseguraron realizar una vigilia el día anterior al FALLO. 

Por lo tanto, como todo el mundo quiere hacer su parte ese día, me uno (¿me dejan?) a esta digna y gloriosa gesta por los sagrados intereses nacionales. 

Sugiero, más bien exijo, la realización del PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE HISTORIA en las faldas del tutelar Intiorko, cercano a las dulces aguas del bello Caplina. 


Está todo listo. habrá grandes invitados, escenificaciones profesionales, almuerzos y libros gratis. Inclusive tengo el afiche oficial: 



Se comprende cabalmente la trascendencia del hecho por suceder el próximo 27, sin embargo, las iniciativas dadas por nuestros representantes son, en mi parecer, poco felices.

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Las noticias sobre las ideaciones de los llamados representantes en este artículo, aquí:



martes, 7 de enero de 2014

La táctica correcta.

Gran frase de un excelso y gran hombre, nada conocido actualmente (la tomé de un blog lefebvrista).

"omnia autem probate, quod bonum est tenete"


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La táctica correcta.



“La táctica correcta para nosotros es ser visibles y ser siempre lo que somos, ni más, ni menos. Defendemos una ciudadela que sólo puede ser tomada si la guarnición que la defiende deja pasar al enemigo. Combatiendo con nuestras propias armas, recibiremos menos heridas. Toda armadura prestada nos molesta y a menudo nos ahoga” 



Louis Veuillot, “Mélanges”, Oeuvres complètes, III Serie, 1933, V, 276.

Fuente: http://statveritasblog.blogspot.com.ar/2013/12/latactica-correcta-para-nosotros-es-ser.html

viernes, 3 de enero de 2014

" MÉTODO DE INVESTIGACIÓN"

Datos actuales:

Entre las pocas materias realmente útiles que uno puede encontrar en los estudios superiores, creo que ninguna superior a la Investigación. Aunque hace tiempo conocía las bondades que otorga, recién me ha pinchado el gusto por esta y, apasionado natural, ya me he leído algunos libros y artículos sobre el tema. Ojalá le hubiese agarrado el gusto hace un año y me habría sacado las mejores notas en los cursos de Investigación que llevé en el Instituto al que voy, pero en fin, más vale tarde que nunca.

Y yendo con esto, encontré un curioso escrito del año 2009, donde yo mismo digo que hacía Investigación. Lamentablemente, haciendo retrospectiva, tengo que retractarme: parece ser que hacia análisis de temas teóricos que me gustaban, con libros, no con personas –investigación básica, diría el libro que acabo de terminar-, si fuere el caso, aunque lo dudo, investigación de gabinete, a la que tengo mucha estima y respeto, por si acaso. Pero, en realidad, ni a eso llego, lo mío eran análisis, estudios, reflexiones, no Investigación :(, porque para hacer investigación debe darse un tema nuevo, resolver un problema, o al menos plantearlo, como dirían por ahí.
Esto es lo que escribí en 2009.



MÉTODO DE INVESTIGACIÓN


Del 22-04-09

 «La hoja rota de las cosas que tengo, escritas para evitar el esfuerzo de recordarlas o en todo caso para no olvidarlas, dice al final:

«_Ecrire sur ton méthod d´étude.



«Y he  querido escribir sobre eso, y ahora empiezo, porque, ¡vaya sorpresa! Descubrí hace no mucho tiempo que las técnicas o métodos de investigación existían. Y todo investigador competente las tiene. Pero yo, al menos así lo creo, he hecho trabajos de investigación. ¿Entonces? Porque yo no tengo un método de investigación; ya dije que ni siquiera sabía que existían. Nunca se me enseñó.

«He escrito, incluida investigación, sobre diversos temas a veces, muy ingentes y agotadoras para este principiante. ¿Qué técnicas utilicé para redactar esos textos, algunos de los cuales dieron más de diez páginas de resultado? Pues esos no los pude escribir de un tirón (como estoy haciendo ahora con esta Reflexión). Viendo atrás noto en verdad que casi todos tiene cosas en común que me sirvieron para juntar, seleccionar y depurar datos. Eso deseo escribir, de cómo es MI método de investigación, basado en la forma en que hice mi último «estudio», el cual es obviamente la evolución de un método que nunca supe que era tal. Lo supongo mejorado en mucho a la manera en que realizaba mis primeros estudios, los cuales nunca recibieron ayuda alguna para su realización.


«Lo primero que hacía, y creo que hago también ahora, era definir bien el tema que realizaría. Sin embargo en ocasiones –valgan verdades, muchísimas ocasiones- me desvié en luengas digresiones (las cuales han servido mucho a mi aprendizaje teórico).

«Con eso, tomaba a mi cuenta todo texto, dicho o recuerdo que tratara sobre ese tema y lo copiaba en hojas, desordenadamente, tal y como me venía la información; siempre señalando la fuente para futuras confrontaciones. Últimamente he comprendido que es más conveniente dividir los datos recogidos en primera instancia, juntando los que traten ´subtemas´ definidos. Digamos, por ejemplo, participios pasados regulares del latín que dieron –ado, los que dieron -ido, los irregulares, participios presentes, influencias analógicas, evolución de palabras, por vocales, y consonantes, etc. A pesar de que haciendo esto gasto mucho más papel y tiempo, he notado que se me ha hecho algo más fácil optar por la clasificación de los datos recopilados en lugar de copiarlos sin más que el orden en que llegaban a mis manos. Antes tenía que hacer lectura extremadamente reiterada de las mismas informaciones recopiladas en busca de algo que recordaba haber copiado en una hoja de esas que tenía copiada y que parecía ser muy a propósito para la parte de mi trabajo que iba desarrollando en ese mismo instante. A veces me saltaba el dato que podría haberme sido útil allí. Hoy me es más sencillo encontrarlo pues cada hoja tiene un «nombre» especial que me indica claramente de que trata en general ese papel. Y aun repito los datos que puedan entrar en dos temas diferentes o parecidos.

«Con los datos leídos y escritos me formo la idea más documentada de lo que trataré, ya no solo tengo la idea principal, sino causas, problemas, etc., que me sirven para orientar mejor mi investigación. Es de suma utilidad esta primera ilustración, pues  se me aparecen las ideas que no tenía al principio. Resumiendo todo esto, anoto aparte subtítulos o subtemas al principal. Así:

«-ado, -ido, -cho, -to, -so
«Verbos participiales en latín
«Cambio de participio del latín al español
«Analogías
«Participios regulares e irregulares
«Etc.

«Y tomo subtítulo por subtítulo, y lo desarrollo como si fuera un tema principal en sí. Para llenar el subtítulo uso datos recogidos y ya clasificados cuyos rótulos, en general, coinciden con los subtítulos empezando por los más conocibles o necesarios para entender los otros, o simplemente inicio con el tema principal (que también me resulta en ocasiones como subtítulo). Todo lo junto y copio en otras hojas sueltas, casi dándole su forma final. Allí voy corrigiendo algunos datos mal interpretados, agrego otros olvidados o recién venidos a la mente, o quito algunos impertinentes. Aquí es donde coloco algo que podría llamarse Conclusiones a lo escrito (mas yo detesto ese nombre) que muchas veces es un resumen a lo investigado. También arreglo el estilo en esta parte.

«Como sé que esto origina una multitud de tachas, borrones y aditamentos, siempre tengo que volver a copiar el total trabajo en otras hojas sueltas para darle la forma que casi definitivamente estarán en el cuaderno que uso para archivarlos (ojalá no por siempre). Y al fin, paso ese tercer borrador al Cuaderno, arreglando lo que todavía no está acorde con el tema o la forma y, si es necesario, modificando puntos que necesiten todavía modificación.

«En unos escritos anteriores y en este último ha agregado un glosario, como pensando en que alguien lo leerá, trato de explicar las palabras no conocidas o poco conocidas lo más sencillo que pueda.

«Algo más. Entre las  falencias en mi forma de desarrollar investigaciones están:

«La dificultad para cohesionar el texto final.

«La gran cantidad de datos que muchas veces me ponen en principio algo perplejo; inclusive ha habido ocasiones que dudé poder realizar el trabajo propuesto. Este problema se me aparece a cada instante al momento de agrupar los datos a propósito del tema tratado y, de no ser porque rescribo los ensayos dos o tres veces, mis resultados finales resultarían más disconexos que el cerebro de Susy Díaz. Otro problema es que  a veces exagero las notas a pie de página, probablemente esto es consecuencia del primer problema. »









Bueno, es viernes, me voy de viaje otra vez...

jueves, 2 de enero de 2014

Dos décadas después...

El Editorial de El Comercio con el que inició año trata de una especie de somera retrospectiva de cómo hemos andado los últimos 20 años. Me pareció interesante y lo cuelgo aquí. Pero que conste que este humilde blog no forma parte del maléfico grupo El Comercio Agois Banchero. No a la concentración de medios!!!! XO
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MIÉRCOLES 1 DE ENERO DEL 2014 08:06
(Editorial) Dos décadas después...

Han pasado veinte años de un mercado (más bien) libre en el Perú
(Editorial) Dos décadas después...

Pese a la importante desaceleración que ha sufrido nuestra economía, los peruanos acabamos de cerrar un año más de crecimiento. No ha habido ninguna reforma especial para justificar esto –más bien hubo serios desaciertos para contrarrestarlo–, pero el crecimiento continuó, principalmente, por efecto de la inercia de todo el largo tiempo en que lo hemos venido teniendo casi sin interrupción. O mejor dicho, en el que convertimos lo que normalmente nos sucedía –las crisis– en la excepción (desde los noventa solo hemos tenido dos: la de 1998 y la del 2009, causadas principalmente por eventos internacionales), y lo que era la excepción (el crecimiento) en la regla.

Este tan beneficioso cambio de patrón no ha sucedido por accidente. El año que acabamos de cerrar ha sido también el vigésimo desde que el Perú dejó atrás formalmente su sistema económico anterior, para asumir al libre mercado como su modelo preponderante.

Precisamos lo de “preponderante” porque, desde luego, no es el caso que en estos veinte años haya habido algo así como un “matrimonio” con el sistema. Al menos no uno que no se haya caracterizado por continuas y severas infidelidades. El Perú no es, ni mucho menos, el paraíso de la libertad económica. De hecho, ocupamos el puesto 44 del Ránking de Libertad Económica del Heritage Foundation: casi diez puestos más abajo que el Uruguay del presidente Mujica. Por solo citar dos ejemplos, tenemos uno de los regímenes laborales más rígidos de la región, al tiempo que ocupamos el puesto 128 de 144 países en la categoría de “peso de las regulaciones burocráticas” del Índice Global de Competitividad.

Así y todo, sin embargo, el espacio que ha tenido la iniciativa privada y el mercado en estos años ha sido suficiente para lograr una auténtica revolución en la calidad de vida de (literales) millones de peruanos. Lo que es más, ha sido suficiente para cambiar las capas socioeconómicas que conforman nuestra sociedad y para pasar a esta, como sostiene Rolando Arellano, de la forma de pirámide que tenía (donde la mayoría estaba en una gran base de pobreza) a la de rombo que tiene hoy (donde la mayoría está en la clase media).

En efecto, a comienzos de los noventa, luego de más de dos décadas ininterrumpidas del modelo estatista –y supuestamente de “justicia social”– el Perú tenía un escandaloso 60% de su población viviendo bajo la línea de pobreza. Para el año pasado esta cifra se había reducido a bastante menos de la mitad (25,8%) y se estima que este año, pese a la desaceleración, se habrá reducido en dos puntos más (23,8%).

En las dos últimas décadas, más concretamente, el PBI per cápita peruano ha pasado de US$1.500 a US$6.700, aproximadamente. Y únicamente desde el 2003 hasta acá el promedio de los sueldos se ha incrementado a un 7% anual. Todo, con una inflación que este año ha cerrado en 2,88% (frente al aberrante 7.492% anual que alcanzamos en 1990).

Por otra parte, el Estado, al menos en lo que tocaría a cumplir sus verdaderas funciones (y no a aquellas otras en las que cada tanto busca entrometerse sin siquiera haber cumplido bien con las anteriores) es hoy, y pese al lugar común, mucho más fuerte de lo que jamás fue con el otro modelo. Por ejemplo, solo la parte de los presupuestos estatales que está dedicada a ayudar a quienes tienen menores recursos –incluyendo a la salud y educación públicas– se ha triplicado en la última década, pasando de US$15.000 millones a US$45.000 millones. Es decir, únicamente en ese rubro el Estado tendría que ser hoy tres veces más potente de lo que fue diez años atrás (si supiera sacarle provecho a cada dólar que tiene).

Es cierto que queda todavía mucho por recorrer, pero considerando las cifras casi apocalípticas de las que veníamos y el tiempo transcurrido, lo que se ha logrado hasta acá es un auténtico milagro económico. Y un milagro –vale la pena precisarlo– logrado, protagónicamente, por los propios ciudadanos. Después de todo, si algo caracteriza al modelo de mercado, es que este remueve barreras y da libertad. Libertad para invertir, producir, intercambiar y crear. Y esa libertad la han aprovechado los peruanos –y entre ellos nadie más que los pequeños y microempresarios, que emplean a dos tercios de la población– para lograr todo lo arriba descrito. ¿Qué país tendríamos en diez años más si no se nos quita esta libertad y, de hecho, si se remueven las muchas barreras que aún la limitan? Ciertamente, tendríamos un país que haría totalmente irreconocible a ese otro en ruinas y ya casi sin esperanza que, luego de tantos años de opresión estatal, alguna vez fuimos.


Fuente: http://elcomercio.pe/actualidad/1680795/noticia-editorial-dos-decadas-despues?ref=ecr



Es una vergüenza que en el Perú estemos teniendo un grupo que sea prácticamente el dueño de los medios de comunicación, es peligroso

"Me suena familiar"



"Ya tú saa"