He recordado, gracias a una imagen compartida
por el profesor Efraín Choque, que el día 01 de julio* fue el Día del Historiador. Lo primero que se
me vino a la mente fue la Apología para
la historia o el oficio de historiador**, del sabio y heroico Marc Bloch,
fundador de los Annales, asesinado
por los nazis. Si bien la obra es sobre todo metódica y no tanto apologista, el
título siempre me fue sugerente.
Y es que, a pesar de no tener ninguna
especialización en Historia, me ha gustado esta disciplina (o ciencia, dirán
otros) desde muy pequeño. Creo que ya en el colegio, conocía más Historia que
mis profesores. Hasta el día de hoy, tengo esa afición. He escrito un par de
articulitos sobre el tema, siempre de manera diletante, sin método alguno y,
seguramente, con errores que espero se me dispense. Una cosa es conocer
historia, otra es escribir historia y aun otra es hacer Historia. Realizando por lo menos dos de dichas tres
acciones, seré feliz en esta vida.
Feliz día a los historiadores (atrasado). A los
presentes como el mismo profesor Choque Alanoca junto con toda esa excelente generación
dedicada a la historia tacneña, cuyos libros ya leía en la secundaria, y
también a los ausentes como la doctora María Rostworowski o al famoso Hobsbawm,
idos hace no mucho. Estos tiempos, más mecánicos que poéticos, más de ciencias
que de letras, a veces aparta de sí las Humanidades, siendo ellas valiosas para
equilibrar las últimas carreras humanas hacia un mejor futuro. Y la Historia,
tan bella y tan llena de pasiones que en ocasiones ha obnubilado algunos juicios,
es un referente para salir adelante como país con algo en que sostenernos, más
aun con una historia tan rica como la peruana. Algo así como lo que decía Basadre
refiriéndose al arraigo hacia la tierra:
Sentirse enraizado en la tierra propia es, acaso, el mejor
privilegio que un niño puede alcanzar. Si el terruño posee belleza y
personalidad, le ha de estampar, sin que de ello se dé cuenta, ese sentido de
compenetración con el mundo físico circundante que es el más humilde y el más
feliz de los dones otorgados por la vida. Y aquella lección será un tónico
cuando llegan las crisis de identidad juvenil y de la mayor edad. Por eso,
ahondar en los recuerdos de la época primera, ubicados en el rincón al que el
destino nos arrojó, es ir mucho más lejos y más hondamente que cualquier
palabra, lo cual es evidente como resultado del hecho incontestable de que, en
la tarea diaria, cada una de ellas implica una vana respuesta intelectual
frente a lo inasible. Dichos recuerdos jamás están circunscritos únicamente a
personas, cosas o sucesos dulces. Hállanse uncidos también, inevitablemente, a
lo prosaico, a lo triste, a lo violento, o a lo sucio. Pero las cosas que, en
su hora, fueron negativas o nocturnas, con el tiempo resultan interesantes o
estimulantes tal como fueron las cosas bellas; porque ostentaron el privilegio
de haberse incrustado en nuestra vida y en sus contornos. (Infancia en Tacna)
Hoy, la Universidad Nacional de Tacna cuenta
con una escuela para la enseñanza de la Historiografía. Se aprueba ello; era
necesario que la tierra del Historiador de la República tenga un centro en el
que se imparta disciplina que ejerció. Le deseo el mejor de los éxitos. Sin
embargo, algunas pistas me indican que tristemente nuestra recientemente creada
Escuela de Historia se halla ideologizada. Es cierto que los maestros tienen
posiciones o pertenecen a determinadas escuelas o tendencias, además la Historiografía
debe ceñirse a un método prestablecido. Pero siempre debería poder leerse a
Mariátegui y a Belaúnde, a Voltaire y a Bousset, con la misma atención e
interés de conocer sus puntos de vista, sin algún tipo de juicio prematuro.
Justamente, y sin saberlo, yo mismo rendía
homenaje al historiador el día 01 de julio leyendo “Tacna: la chilenización imposible”, pequeño y sugerente texto de
Willy Guevara.
Quería poner una buena lista de películas sobre hechos de
la Historia, pero otra vez me ganó la emoción.
Esta es la imagen compartida por el profe Choque
-------
* Este 01 de julio proviene de un recuerdo argentino, parece. He leído fechas alternativas el 20 de noviembre, 16 de junio, 12 de setiembre, hasta dicen que, en el Perú, se quiso proponer como día del historiador la fecha del nacimiento de Jorge Basadre (12 de febrero)... En fin, hay fechas para todos los gustos.
** Una edición del Fondo de Cultura Económica lo publicó
también como Introducción a la Historia.
Bíctor debe volver :v
Fe de erratas: Debe decir "Bossuet" y no "Bousset". La referencia la hacía al obispo francés y no al teólogo alemán.
ResponderEliminar