Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

sábado, 8 de junio de 2013

CUESTIÓN DE CARÁCTER II

Esto es la Segunda Parte de CUESTIÓN DE CARÁCTER

Yo fui joven, y ya soy viejo,
y no he visto al justo desamparado
ni a su descendencia mendigando pan.
Salmos 37, 25


No solo la dirigencia política peruana vendría a poseer un talante débil. En un Boletín de la Real Sociedad Española aparece esta descripción que nos podría interesar sobre los “yndios y españoles peruanos”:

“Se ha notado que los domina (a los yndios) el temperamento flemático…son rezelosos, y desconfiados, efectos de su cituación. Como son tímidos y pusilánimes, son por conseq.a supersticiosos, crueles y vengativos…El Español Peruano es idólatra del Fausto y la Ostentación...prefiere los honores á la utilidad...es urbano, tímido y sagaz para pedir...”

Lo mismo aseveraba el español Juan Del Valle Caviedes cuando escribía sus ironías sobre los limeños: una sociedad frívola, dada a perder el tiempo, interesada más en las fiestas que en producir, sobones a más no poder…Y, si no recuerdo mal, también afirmaban igual los hermanos Ulloa, aquellos españoles que dieron ese famoso paseo por América en el siglo XVIII. Y también Gálvez (el español, por si acaso), Bolívar, González Prada, Pardo y Aliaga, Pando y varios otros más.

Siempre se nos ha achacado ese carácter, que no habría que limitar solo a Lima. Y hay que admitirlo, la razón no está alejada de estas críticas.

Y muchas veces enoja que seamos así. Ocasiones en que, aun con la razón de la justicia, nos quedemos callados en público por no caer mal, para que nos sigan viendo como amigos, o como grupo unido; pero en privado, bien que rajamos a la menor oportunidad. De ahí que históricamente nos hayan manoseado como a muchacha de cabaret.

Podríamos decir que fue por miedo que Pezet y Vivanco casi regalan las Islas de Chincha a los españoles (afortunadamente los arequipeños y demás peruanos le hicieron la ‘revocatoria’ a tiempo).

Así fue como, quizá, perdimos las inmensas zonas de la Amazonia ante el Imperio del Brasil en el XIX y con Colombia en el XX.

Así, nadie le dijo nada al Libertador Bolívar cuando dijo en Guayaquil “Bienvenidos a suelo colombiano.”

Así, tampoco, nadie le dijo al mismo Bolívar o Sucre nada cuando se nos quitó el Alto Perú (hoy llamado Bolivia).

Así, actualmente, casi nadie pitea cuando el presidente de Ecuador ningunea al Perú. Incluso, nuestra medrosa Diplomacia le hace caso y retira su Embajador en Quito, ¡y nuestro embajador no había hecho nada de malo! Pero, para no tener problemas y seguir siendo amigos, calladitos nomás.

Así, actualmente, la Dirigencia dirigente peruana se mea en los pantalones cada vez que salen rabietas desde Venezuela, sea con Maduro o con Chávez antes. Ya parecemos sucursal de Caracas.

Así, actualmente, son nuestras representaciones en el fútbol. Justo estoy leyendo en La República unas declaraciones del Chemo que ilustran lo que digo: "Al jugador peruano le falta ambición, se conforma con muy poco y no lucha ante la adversidad, es un futbolista que tira la toalla muy fácil. Además, somos medio flojos para la rigidez, para la mano dura, caso distinto al jugador chileno, que iban a entrenar y se acomodaban a la exigencia" (Ya me imagino la típica y absurda respuesta patriotera: Chemo, ese chileno español!! Es un tonto traidor estafador, no hay que escucharlo, etc.)
La mayoría de veces, el equipo peruano va a la cancha pensando en la derrota y nosotros, como buenos masoquistas, seguimos yendo a verlos, creyendo en esa misma derrota (pero ayer ganamos, wiiin!!). 
Por eso aparecen esos ridículos comerciales con frases más ridículas como “Somos cantera de hinchas y no nos compadezcas.” Supongo que se están matando de la risa en otros países por actitudes con tan poca autoestima propia.

Por eso, en la vida cotidiana, sea trabajo o estudios o lo que sea, cuando pasa una injusticia, el 90% de los afectados no dice nada aunque la razón esté de su lado porque, o se orinan de miedo, o no quieren problemas y les gusta el ambiente mediocre en el que se desenvuelven, o porque no les interesa, o por algún sentimentalismo “pobrecito, déjalo nomás…” Y las excusas para estas claudicaciones son de lo más creativas.

Se podría decir que somos lo pisados de Latinoamérica; otro aspecto que debemos cambiar, a no dudarlo.


Los judíos, a diferencia de los cristianos y musulmanes, exaltan como suma virtud la Justicia y no la Santidad. Parece que necesitamos un poco de Abrahames aquí.














Es tema para realizar largo debate.


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