Un refrito de refrito.
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IRRACIONALES
Ésta es la primera curiosidad que apareció en mis escritos iniciados muy poco después de egresar de la secundaria.
Hechas en menos de dos horas, estas ligeras e inexpertas reflexiones tienen dos partes, ambas relacionadas con las matemáticas; exactamente sobre la infinitud de ciertos números y resultados aritméticos.
«Leí de Leibniz y Newton, los del cálculo infinitesimal, cosa que nada conozco, pero, hízome recordar algo: lo infinito. Como PI es un “número” sin fin según las últimas investigaciones matemáticas, parece algo tan irrelevante resaltar su consabida infinitez.
«Mas hay un cálculo también de PI que se da en la Biblia… voy a copiar de mi enciclopedia Mentor.
«1 Reyes 7,23: “ Después hizo un depósito de bronce, medía diez codos de un extremo a otro y cinco codos de profundidad” (…)
«Sol: Como PI es la relación entre el perímetro de una circunferencia (treinta codos) y su diámetro (diez codos de un extremo a otro), se tiene:
PI = treinta codos = 30 = 3
Diez codos 10
«Bien, yo pienso, ésta es muestra, una muestra que no hay infinito más que Dios, no sñe cómo explicarlo racionalmente (me muerdo las uñas pensándolo), pero estoy más confiado en la Biblia que en lo otro…»
Como puede verse, la primera parte de este escrito trata de una de las características del número PI, a saber, su infinitud. Me corrijo en el tiempo, pues no es reciente la noción de que PI es infinito; no es descubrimento de «las últimas investigaciones científicas».
Mi interés se centró en comparar este dato, científicamente comprobado, con el dato suministrado en el I Libro de los Reyes del Antiguo Testamento. Como «PI en la Biblia» resulta tres, deduje que la moderna cualificación de infinito al número debía ser muestra científica desafiante a Dios.
Bueno, las ideas esas precisan algunas rectificaciones:
[TODAS ESTAS REFLEXIONES SE SUCEDIERON SIN EL MÍNIMO CONOCIMIENTO MATEMÁTICO. POR TANTO, ERRORES, QUE LOS DEBE HABER, SON DEBIDOS A MI IGNORANCIA, OCTUBRE DE 2011]
- El hombre depende de Dios, no viseversa. Dios no es creación del hombre. Dios existe, con toda seguridad y es una verdad entendible a la luz de la Fe que Él no ha tenido principio y no tendrá fin. Es, pues, más un Dios eterno que infinito.
- Las abstracciones que llamamos números son creación del hombre, pero sólo creacones ideales (es decir, mentales); no se ven ni se pueden tocar números; pueden tener un «nombre», pero éste refiere a una «sustancia» que está en el cerebro y sólo en él. El hombre ha dicho que hay números con notación infinita (Pi, e, o grupos como los ¨Naturales, Reales, etc.) sólo en razón de que esta mente finita humana no conoce aveces en dónde concluyen sus ideaciones y, por tanto, catalogan esas ideas inconclusas como infinitas.
- Así, al tener ideas de números o sucesiones infinitas (hay hasta distinción entre “infinitos positivos” e “infintos negativos”) son únicamente por elucubracones mentales, pues si en la realidad viérmaos cosas –en el amplio sentido que merezca este término- infinitas, el asunto sería distinto. Luego, la preocupación por los decimales de PI no debiera ser tan intensa.
- Los matemáticos, con buen criterio, no ingresan PI en la categoría de “infinitos” sino en la de “irracionales”, pues se desconoce el porqué de su extraña disposición.
- El PI «bíblico» debe de ser, como leí una vez, a causa del tamaño de la obra de Salomón, muy grande como para ocuparse en la exactitud. Es sabido, además, que La Biblia no presta atención [mejor: NO SE ATRIBUYE RIGUROSIDAD, OCTUBRE de 2011] para las cuestiones científicas o astronómicas, sino más bien en presentar la Buena Nueva de Redención.
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Pero, ¿y qué en cuestión a la medición de longitudes reales a través de Pitágoras, por ejemplo, que puedan resultar irracionales?
Esto traté de describir (no explicar como anoté en aquella fecha) en la segunda parte del ensayículo.
«Decía yo que es posible que toda raíz tenga fin, no un número irracional, que dicen que es infinito, sino uno racional, que dicen que es finito.»
Luego, con ayuda del teorema de Pitágoras, despejaba la base de un triángulo rectángulo y obtenía:
Y un objeto material con las longitudes de ese triángulo, digamos en centímetros, bien podía existir en una escuadra cualquiera.
Así, con la idea de que RAIZ DE 29 podría prolongarse hast el infinito, me interrogaba:
«¿Cómo es posible que el número asignado al lado C (o seas RAIZ DE 29) no llegue nunca a su término si el segmento C ACABA?; tiene un fin ese lado termina allí y no sigue; ¿esa raíz tiene un fin como el lado C?, lo pienso yo, Bictor Noel ignaro en las matemáticas.»
Me veo forzado a seguir sólo describiendo el problema, pues aún no concluyo cómo puede prolongarse hasta el infinito la medida de un objeto bien definido en el espacio. Solo argüiré: los números no son más que abstracciones. La prolongación infinita del número de esta raíz no puede pasar de la unidad, pues los decimales nada más son ilimitados, no los números enteros.
[ADICIONES ACTUALES A ESTO NO SE ME OCURREN, OCTUBRE DE 2011]
En esa época era muy pedante. Con el tiempo me he dado cuenta que lo de veras importantes al momento de querer decir algo es hacerse entender con un mensaje sencillo y no con uno rebuscado.
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