-Porque la vida no es solo lo que hace Ollanta (más bien, lo que no hace), cómo eliminan a Perú o los entretelones de los próximos candidatos al sillón municipal de Tacna, aquí está este distraído de la realidad con una entrada sobre mundos fantásticos y amores extraños.
-Noughts and Crosses, Blanco y Negro según la traducción que poseo, es una novela de ficción con un tema real.
-Un soleado mediodía arequipeño, pasando por la conocida Avenida Mariscal Castilla, encontré este libro, a la venta a solo 3 nuevos soles. De lo más absurdo, pues ese precio no lo vale ni el papel de que está hecho.
-Son las 8 con 26. Los mocos se me caen debido a una fea gripe para la cual no tengo más pastilla que el tiempo, dada mi suma indigencia económica actual. Ya voy concluyendo la obra: Ciento catorce: Callum. Dejo el libro porque sé que no lo terminaré en los quince minutos que tengo para llegar al trabajo. Allá con Callum y su arresto, en la tarde veré si se electrocuta intentando escapar como su padre, o si por la magia de Blackman termina en los brazos de Sephy y, por ende, en felicidad. Yo me tengo que ir al trabajo.
-Sin embargo, no logro retirarme de aquí. Intento concebir cómo hacer interesante este cúmulo de párrafos a veces sin conexión para hacer más entendible el relato. Será que debo evitar palabras difíciles, tendré que cambiar “cúmulo” o “mocos.” No creo que lo haga. En el fondo, lo que busco es que se aprecie el trabajo para publicar esta entrada. Cambio la fuente al texto a Arial. Me voy a trabajar.
-Retomando, sí. Es muy extraño que vendan un libro a precio tan bajo. Ha pensado varias causas: los robaron de una librería, nadie ha querido comprarlo (lo cual es absurdo, pues la historia que cuenta es de primera), es de contrabando, la Editorial ha tenido un gesto para con nosotros los pobres. Esa tarde, en el bus, para pasar el trayecto de vuelta a mi Tacna, y de paso evitar la mala película que pusieron, terminé de leer una novela de Cuautémoc Sánchez. Una novela de esas que no me gustan leer.
-No puedo creer cómo es que he terminado fascinado con la lectura del mejicano. Al principio, lo tomé como obligación laboral y nada más; luego se convirtió en interés puro. Yo nunca lograría contar historias así.
-¿Qué más había comprado ese domingo? Es cierto, estaba allí, al lado de Blanco y Negro, Black Jack, con la imagen de portada de la película del mismo nombre. Ni una pizca de atención. “¿Cuánto está Blanco y Negro (lo gracioso es que quería el libro únicamente por su apariencia exterior, casi casi para solo llenar mi magra biblioteca)?” “Esta y Black Jack las dos a cinco soles.” Ah, entonces, no me había costado 3 soles, sino 2.5 soles. La radio dice: son las 8 y 45. Es cierto, aún no me he ido al trabajo. Diantres!!! Mis monedas de colección. Ya las recuperaré. Ni siquiera he escrito de qué trata la novela. Vaya. Habrá que dividir esto en partes, de otro modo, yo mismo me intimidaré ante tanto texto sin motivo. Los mocos, los mocos.
-Es casi medianoche. Ya no hay más historia que conocer. Murió. Es quizá tardío, pero no mucho hace que voy experimentando finales distintos a los típicos del héroe triunfador. Y así me creo alguien que ha leído. Vaya, no tengo ideas.
-¡El TomorrowWorld! Diablos, arruinó mi literatura.
-09:41 horas. Sábado. Es casi nuestra misma sociedad, con sus pregones de igualdad y sus hechos negándolos. Pero hay unos cambios. Los blanquiñosos, rubios y de ojos azules pertenecen al grupo de los miserables e indefensos, son los ceros; los negritos son los dueños del mundo, las cruces.
-10:05. Hoy está nublado. En apariencia, la primavera se siente más fría que lo último del invierno. Los ceros viven en barrios de mala muerte y son los empleados de las cruces. Son maltratados, apenas y los dejan ir a las escuelas, no poseen nada, no son nada. La marginación atroz que padecen (“no hace mucho que acabó la esclavitud”, recuerda uno de ellos) ha originado el sentimiento de lucha en algunos de los “pálidos” como los llaman despectivamente los negritos. Tiene su propio grupo terrorista, La Milicia de Liberación, encargada de los atentados contra las cruces o equis, como respuesta a establishment del planeta. Los varones de familia de Callum, uno de los protagonistas, llegan a enrolarse en la Milicia. De los cinco integrantes de esta familia, mueren tres: una se suicida, otro electrocutado en la cárcel y finalmente el último, Callum, ahorcado por enamorar y embarazar a una cruz, Sephy, la otra protagonista de la historia. El otro hermano termina siendo un prófugo de la justicia. Solo la madre sobrevive para sufrir la dura pena que es perder a esposo e hijos de manera así de trágica.
- 10:22 horas. Hoy juega el Bolo. Definitivamente, siento que la inversión de 2.5 soles que hice allá en el cruce de la Mariscal Castilla y la Venezuela me ha rendido con creces. ¿Recomendada? Sin duda que sí.
-Diez y media de la mañana. Sábado. Por lo que leo en internet ahora, esta Blanco y Negro es la primera parte de una trilogía. Chido! Y yo que pensaba y sufría porque creía que todo había terminado. Solo quien lo ha experimentado tiene la certeza: qué inmensa fortuna el haber nacido con imaginación tan potente para viajar verdaderamente sin salir de casa.
-Diez y media de la mañana. Sábado. Por lo que leo en internet ahora, esta Blanco y Negro es la primera parte de una trilogía. Chido! Y yo que pensaba y sufría porque creía que todo había terminado. Solo quien lo ha experimentado tiene la certeza: qué inmensa fortuna el haber nacido con imaginación tan potente para viajar verdaderamente sin salir de casa.
Black Jack, Blackman y Sánchez, mi almuerzo esa soleada tarde de regreso a Tacna.
Portada de la edición en Inglés.