Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

viernes, 4 de enero de 2019

LA PEOR DERROTA


La madrugada del Domingo de Resurrección del año 1822, cerca de la hacienda de Macacona en Ica, se dio un hecho de armas conocido como La batalla de Ica o, mejor dicho, el desastre de Macacona. En esta, los españoles, al mando de Canterac, destrozaron al Ejército del Sur, compuesta por más de 2000 soldados. Un error tonto del general peruano Tristán fue el responsable de la derrota: habló más de la cuenta.

En la batalla, los españoles aniquilaron a gran parte de dicha división, tomaron cientos de prisioneros, unos 2000 fusiles, sables y municiones (que tanto necesitaba el Ejército patriota en ese momento), casi toda la artillería e, inclusive, cuando se dieron cuenta que entre los prisioneros había algunos oficiales del glorioso Batallón Numancia, los fusilaron sin compasión debido a que eran traidores y desertores del ejército español.

A las tres de la mañana la victoria de los realistas es completa. El callejón de La Macacona queda repleto de heridos y cadáveres. Caen prisioneros mil patriotas. Capturan tres mil de los codiciados fusiles. Del Ejército del Sur solo escapan doscientos y tantos hombres. El general Domingo Tristán y el coronel Agustín Gamarra pudieron huir a Pisco. (wgameros.blogspot.com )

De todas, esta fue la peor derrota que sufrieron los patriotas en toda la Guerra de Independencia.

Con la moral por las nubes debido a la victoria, con la ciudad de Ica tomada en breve, con el virrey dueño de las zonas más ricas del país, con el secuestro de las armas y municiones de los patriotas, con gran parte de la nobleza, clero y pueblo aún favorable a la causa realista, los españoles imaginaron que el desorganizado y nuevo movimiento patriota iba a desanimarse sin remedio.

No fue así, sin embargo. Y la siguiente cita, que corresponde a la Gaceta de Gobierno publicada luego de la batalla, lo demuestra. Podrán haber ganado una, podrán tener aún un precario dominio de las cosas, pero la libertad triunfa, debe triunfar:



¡Ojalá que el orgullo de los españoles se exceda a sí mismo, y los haga buscar la victoria, donde nosotros debemos encontrar la LIBERTAD!

Ellos no conocen que la balanza del poder está en nuestras manos, porque tenemos la providencia, la opinión y la fuerzas en favor de los intereses del Perú, que será libre, PORQUE QUIERE, Y ES TIEMPO QUE LO SEA.*




Siempre queda historia por escribirse.



(La cita de la Gaceta la obtuve de la Historia general del Ejército peruano. Tomo IV, Volumen 2, p. 581)