Adelantándome a las fiestas de Tacna, acabo de escanear unas copias de un monumento de nuestra literatura luchadora de épocas del Cautiverio. Es el facsímil a una edición del diario tacneño LA VOZ DEL SUR que, junto con El Tacora dirigido por los valientes Freyre, son «símbolos del peruanismo durante la época del cautiverio ya que a través de su pluma dieron mil batallas para mantener viva la llama del patriotismo en esta zona sur del país»*
Hace años, paseaba con un amigo por el Centro Cívico de nuestra ciudad y vimos las puertas de la Casa Basadre abiertas: había una exposición, y era de ingreso gratuito. Como yo he sido siempre de bolsillo enjuto, me sentí un elegido de los dioses para poder ingresar al recinto sin gastar de mi apolillada billetera. Convencí a mi camarada, a quien no le interesaban mucho esos asuntos de la Historia, e ingresamos.
No recuerdo bien, pero vimos algunas habitaciones con las cosas de Basadre, una estatua de él, si no me equivoco y, algunos pocos libros. Allí, entre todos esos bellos y medio gastados papeles, estaba, causando admiración y nada de pena: La Voz del Sur, el diario de espléndida ralea. Supongo que me le quedé viendo un largo rato, porque una señora se me acercó preguntándome si me interesaba eso de la Historia de Tacna; le respondí que claro que sí. Y nos empezó a hablar, a mí y a mi amigo Jesús, sobre el diario. La señora, vestida en saco y falda larga esa calurosa mañana de febrero, era la hija de uno de los plebiscitarios. Me dio su nombre; lamentablemente, lo he olvidado.
En fin, entre la plática interesante y los jalones que hacía Jesús para que nos vayamos al Mantis a jugar Winning, la señora me preguntó si quería llevarme una edición del periódico. Algo asombrado «sí, señora, claro que quiero, pero ¿cómo voy a llevarme yo algo de ese valor, seño?», creo que le pregunté. «Le voy a sacar una fotocopia para que te lo lleves, hijo; no te vas a llevar el original, claro, ¿verdad?», creo que fue su respuesta. ¡Ah, ok!
La señora me pidió plata (si no recuerdo mal 50 céntimos) y, cuando se la di, nos dijo que esperáramos y que regresaría pronto con las copias. Agarró el ejemplar original y salió de verdad. No me lo creí al comienzo y, ahora que han pasado algunos años y lo pienso mejor me lo creo menos. Cómo fue que pasó aquello.
Al cabo de unos minutos, llegó la señora con la copia que acabo de escanear y la he tenido desde ese momento guardada. Creo que mejor se ve en exposición vía internet, así como yo la encontré y me la compartieron, hago lo mismo. En honor y recuerdo a la plebiscitaria cuyo nombre he olvidado.
Las páginas que se me dio aquel día están situadas de la siguiente forma: Arica, Domingo 7 de Marzo de 1926
El título reza así: LOS VERGONZOSOS SUCESOS DEL DÍA VIERNES EN TACNA
Trata sobre los desmanes y abusos que cometían, con regularidad, los rotos en esa época.
Hay algunas secciones que no han sido fotocopiadas, y por ende escaneadas, claramente. Hay que realizar un esfuerzo con la vista para leerlas.
Arriba Tacna y siempre viva el Perú.
-----------------------