Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

domingo, 22 de febrero de 2015

EL COMERCIO: LA VIDA MUSULMANA EN LA CIUDAD HEROICA

El Comercio acaba de publicar un artículo interesante sobre la comunidad  musulmana que tenemos en Tacna. Muchas veces nos hemos topado con esos barbones de túnica larga y pocos no tenemos algún conocido o conocida que se haya "convertido" a la fe de Mahoma. Hay que ser francos y decir que esta comunidad es pacífica y, como muestra la nota, muestra un envidiable interés institucional por la educación.



La vida musulmana en la ciudad heroica


En el 2000 edificaron en Tacna la mezquita Bab Ul Islam. Esta comunidad islámica vive en paz, lejos del Medio Oriente


La imponente mezquita Bab Ul Islam es el elemento más visible de la presencia musulmana en Tacna. Se ubica en la entrada sur de la ciudad, a cinco minutos del centro. Fue edificada por ciudadanos musulmanes, provenientes sobre todo de Pakistán. 


Ellos llegaron en la década del 90 y se dedicaron a la importación desde Asia de autos usados. La mezquita, lugar de culto para los seguidores del islam, se levantó en el 2000. En el Perú es uno de los pocos edificios que reflejan la tradicional arquitectura islámica. 

Las casi cincuenta familias musulmanas que residen en Tacna se reúnen allí cinco veces al día. El imán de la mezquita, Mohammad Usman, cuenta que se juntan para orar e impartir las enseñanzas de los libros del Corán, “un libro de paz” y que les da “el mensaje de tranquilidad. 

Han pasado poco más de seis años desde que llegó a Tacna y Usman se sigue emocionando cada vez que habla con sus discípulos o alumnos, como llama a los niños musulmanes que desde los 6 años aprenden las enseñanzas del Corán.

Los viernes a la 1:30 p.m. se realiza la oración más importante de la semana. Pocos musulmanes se la pierden. En el salón principal, Usman dirige la oración. Los niños y hombres acuden a esta sala, mientras que las mujeres y las niñas se instalan en un ambiente del segundo piso, donde escuchan la oración por parlantes. Evitan el contacto con el sexo opuesto.

Después de la oración, los hombres nos invitan a almorzar con ellos. “Tienen suerte”, dice uno. Un nuevo niño nació en la comunidad musulmana de Tacna y es una tradición que el afortunado padre, luego de sacrificar dos corderos, invite los alimentos a quienes asistan a orar. 

Para comer, todos se sientan juntos en el suelo, mientras de la cocina van saliendo las bandejas con arroz y cordero. Hay un clima de paz, de hermandad, lejos de la violencia extremista. Culminado el banquete, las familias se retiran juntas.  


ESCUELA INTERCULTURAL


Hasam Iqbal es promotor del Colegio Internacional Paradise of Children, ubicado en una propiedad contigua a la mezquita. El profesor nos invita a pasar y habla del orgullo que siente de que la institución haya crecido tanto en los últimos años. “Hoy, en nuestros salones, tenemos 340 alumnos desde inicial hasta quinto año de secundaria”, dice, mientras recorre sus instalaciones.

Iqbal también se siente orgulloso de su colegio porque funciona como un centro de idiomas, acreditado por la Universidad de Cambridge para rendir exámenes internacionales de inglés. 

“Nuestros alumnos, cuando terminan la secundaria, deben tener la certificación de la Universidad de Cambridge y tienen que haber aprendido tres o cuatro idiomas en total. Aquí vienen estudiantes de los colegios parroquiales de Tacna para reforzar y obtener certificación del idioma inglés”, cuenta el promotor.



jueves, 12 de febrero de 2015

112 AÑOS DE BASADRE

Hace años, un febrero como este, mes de aniversario por el Natalicio de Basadre, a un amigo y a mí se nos ocurrió salir a la calle y fungir de periodistas. Salíamos a hacer reportajes, a encuestar en las plazas; yo escribía artículos sobre cualquier tema del momento, visitábamos lugares para hacer notas. En fin, todo lo que no se aprende en las clases de la escuela de Ciencias de Comunicación de la U (de ahí que siempre he considerado inútiles esos cursos). Llegamos incluso a formar parte de un programa de radio como ayudantes, y luego hasta tuvimos uno propio. Esa es otra historia.

Cierto día, por el mes de Basadre, quisimos informarnos sobre el tema un poco más. Fuimos a lo que era el Rectorado en la calle Alto de Lima y pedimos una entrevista con un encargado. Increíblemente, nos la concedieron. Esperamos una rato y luego nos hicieron subir a una oficina en donde estaba un señor llamado Darly Salas, creo. El tipo resultó saber mucho sobre Basadre. Nos felicitó por ser tan jóvenes y curiosos de nuestro Historiador y nos animó a seguir adelante. Aunque mi amigo ahora se dedica a la vagancia y procrastinación, yo sí he tomado algo del aliento del señor Salas y me considero persona informada y consciente del legado de don Jorge Basadre.

Acabada la cita, el caballero nos regaló unas  revistas de la Universidad que hablaban sobre Basadre. Supongo que eran las ediciones para febrero de ese año. Lamentablemente he perdido el original que me dio, pero recuerdo la portada, me es inolvidable: en imagen grande aparece una fotografía del Historiador de la República, con esa prominente frente ampliada por la ausencia de cabello y una mirada serena, casi patriarcal, y a un costado una frase suya que, con el paso de los años, descubrí que pertenecía a la Nota Preliminar de la quinta edición de su Historia de la República de 1962. Es un fragmento muy bonito que he recordado hoy y quiero compartir a modo de homenaje, que sus palabras son mejores que las mías, a no dudarlo:

«Tomar conciencia de la historia es hacer del pasado eso: pasado. Ello lleva a aceptarlo como carga de gloria y de remordimientos, pero implica, además percibir que lo muerto, por el hecho de haber vivido en forma irrevocable, ya dejó de ser y hay que asimilarlo al patrimonio del presente. Somos productos del ayer y estamos viviendo en parte en lo que de él quedó al deslizarse para convertirse en presente, por todas partes nos rodea; pero, a la vez, tenemos que afrontar nuestra propia vida con sus propios problemas, como individuos, como generación, como pueblo, como Estado, como humanidad».  

 
 Yo recuerdo que esta  era la imagen de portada de esa revista.