Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

domingo, 22 de septiembre de 2013

"ESTOS FORÁNEOS NOS QUITAN EL PAN DE LA BOCA"


Años atrás, leía en un diario local disputas originadas por contrataciones que hacía una municipalidad o el Gobierno Regional. La nota resaltaba el enfado de los técnicos y profesionales, egresados de centros de estudio superiores tacneños, porque los mencionados entes estatales contrataban a profesionales y técnicos de otras ciudades (y, de paso, de otras universidades e institutos). "¿Es que acaso en Tacna no hay buenos profesionales?", alegaba una de estas personas. "Estos foráneos nos están quitando el pan de la boca", espetaba otra.

No sé en qué llegó a parar el asunto. Tal vez hicieron caso a la protesta y emplearon al personal tacneño, o tal vez no. Sin embargo, el punto que intento resaltar no es este, sino la validez de la queja en sí. No podría negar que en nuestra ciudad se formen profesionales competentes en su disciplina. Por más que la calidad de nuestros Centros Superiores de Estudios sea baja*, no es que las demás universidades peruanas sean Harvard o el MIT. El problema educativo nuestro es nacional.

Eso no justifica, en mi parecer, que neguemos la oportunidad a profesionales con experiencias educativas distintas de la del nuestro apacible Valle del Caplina, o peruana. Por el contrario soy de la opinión de que debiéramos fomentarla. Un pueblo se enriquece con los aportes de otros pueblos, en mano de obra, conocimientos, innovaciones. Ya no más con el concepto trasnochado de un encierro mental y legal hacia lo extranjero. Quizá sea falso no salgan buenos profesionales de nuestras universidades. Sin embargo, hay que admitir, con hidalguía y nada de mezquindad, que los hay mejores en otras latitudes y ya es hora de que los "utilicemos" parte de su talento para nuestro desarrollo.

Es cierto que tenemos en el imaginario el mal trato que recibieron los peruanos que, durante unos veinte años y a causa del problema de país que éramos, intentaron encontrar trabajo en la Península. Pero, ¿será acaso que estorbándoles el ingreso vamos a lograr cambiar el pasado? ¿España o Chile nos darán algo por tratar mal a sus compatriotas que lleguen aquí? 

Tampoco es que lleguemos a ser unos lamebotas de todo lo extranjero, como sucede a veces en gente sin identidad ni dignidad, o como pasaba, por ejemplo, antes cuando nuestras caricaturas de periodistas deportivos se referían a los argentinos. No. El asunto ahora es aprovechar toda la experiencia de la Europa desarrollada que traen estos nuevos trabajadores y volcarla en nuestras instituciones y demás.

El diario español El País ha publicado hace no mucho un artículo que trata precisamente de inmigrantes españoles (los expatriados) en nuestra Patria. Afortunadamente, lejos de ser espantados por los peruanos, están siendo bien acogidos, lo que muestra mayor y mejor sensatez en nosotros.**

Creo que me excedí en palabras; mi intención era solo presentar esta información. Entonces, ahí va.


Oportunidades en un país emergente

Los trabajadores españoles, la tercera fuerza laboral inmigrante en Perú, alaban la buena acogida que reciben en la pujante economía suramericana


Españoles y argentinos rivalizan por el tercer lugar como fuerza laboral inmigrante en Perú. Cada mes, llegan en promedio 350 españoles en calidad de trabajadores, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). 12.000 kilómetros de distancia con sus familiares que los entrevistados para este reportaje atenúan con el correo electrónico.

“A diferencia de otros países, por lo general, en Perú reciben bien al extranjero que llega con una buena formación”, asegura Belén Muñoz Sánchez (30 años), copropietaria de un nuevo restaurant en Miraflores (Lima) y formada en administración de empresas en Esade, al igual que su socio español. Lleva un año y tres meses en la capital peruana. “El impacto cultural es grande porque la cultura y los ritmos son diferentes, nosotros somos más drásticos, bruscos, al comunicar. Y además, aquí dan muchos rodeos para expresarse. Ahora pido diferente las cosas”, explica.

La empresaria, que renunció a su trabajo en Londres en una consultora, hace un balance positivo de su inversión, y ahora proyecta vender, en otro local, alimentos españoles y desarrollar una línea de catering. “La demanda está creciendo en Lima”, apunta.

Muñoz describe los trámites migratorios como “tediosos”. Y de lo relativo a la apertura de un negocio empresarial destaca que la parte contable y tributaria es “un poco más complicada” que la española. “Perú está comenzando a emerger. Hay muchas cosas que se pueden montar. Prácticamente no hay lavanderías automáticas, falta infraestructura, se puede aprovechar la experiencia (española) de transporte no motorizado, no hay un buen lugar en internet de oferta inmobiliaria”, sugiere.

El ingeniero industrial Carlos Adell (30 años) comparte la misma preocupación de Belén por la polución, el transporte y algunos “comportamientos cívicos”. Le ha costado adaptarse a la ausencia de reglas en las vías. “¡No puedo con cómo conducen! Pero ahora yo también conduzco así”, comenta con una risa nerviosa. La historiadora del arte María Luisa Muñoz-Cobo (37 años), que padeció también la ausencia de normas cuando conducía en Argelia, comenta: “Al volver a España, creo que me van a quitar el carné”. La madrileña es jefa de la oficina de proyección internacional del Museo de Arte de Lima.

Hace dos años, antes de su vida en Lima, el ingeniero Adell colaboraba eventualmente con una empresa peruana formada por dos personas. Decidió irse de Barcelona cuando disminuyeron los encargos de su otro trabajo. Ahora es empleado de la compañía peruana que suma 140 trabajadores. Su contrato fue aprobado porque contribuyó en la tecnología de construcción para 3.500 casas en Ica, a unas seis horas de Lima en bus. Considera que los trámites migratorios son “pesados”, pero no necesitó un tramitador.

“¿Un consejo para otros? Depende del rubro: es un país al que vale la pena venir. En ingeniería hay más demanda, pero los chefs lo tendrían complicado”, opina Adell.




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*Tanto, que algún joven semi-indignado le haya lanzado algunas parodias tiempo atrás (BOLETÍN UNIVERSITARIONOTICIA UNIVERSITARIA, etc.) de los que aún no es capaz de retractarse.
**Lo que sí podría espantarlos es nuestra inmensa y  lentísima burocracia en términos de migración.

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