Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

jueves, 4 de octubre de 2012

04 DE OCTUBRE


03 Francisco se menosprecia a sí mismo 

"La humildad y paciencia que se demuestra en la contrariedad, ésa se tiene y no más" (San Francisco, 13 adm.)


El pasado elegante y jovial y su figura asceta y destrozada por la renuncia absoluta y entrega a Cristo, debió de constituir un contraste perturbador para la gente sencilla de Asís. A Francisco se le honraba, se le estimaba, se le adoraba por la gracia, la juventud, el ingenio, el buen gusto en el hablar y en el vestir, y las dotes naturales que le conferían singular atractivo y prestancia.

Contra esa fama y contra esa estimación intrascendente procede ahora así vestido, la túnica raída y con una cruz de palo en las manos. La reacción popular es desigual: los amigos se esconden, los parientes le menosprecian y se apartan, la gente le contempla entristecida o indiferente, los niños, menos considerados, le persiguen, le apalean con vástagos vegetales, como procederían contra un loco.

Francisco va adelante sin volver su rostro: el mundo ha muerto para él. Al fondo, el castillo de los señores del lugar, imagen emblemática y lejana de su pasado ennoblecido y gentil.

Destaca en la composición la amplia perspectiva del paisaje y de la ciudad, apunte del natural. El monumento que se distingue sobre el monte es la Roca Mayor de Asís, una fortaleza medieval. La suavidad del color y de la luz recrea una eficaz perspectiva aérea.


34  Francisco sale al encuentro del lobo de Gubio. 

"Debemos amar a nuestros enemigos y hacer bien a los que nos aborrecen". (San Francisco. Carta a los fieles)


Con ocasión de cruzar el santo el término de Gubio, presta atención a los lamentos de unos labriegos, dolidos por los estragos que infiere en sus ganados la ferocidad de un lobo. Francisco sale a su encuentro; lo requiere con amables palabras, y sorprendentemente, el animal, reconvenido por el santo, acude a sus pies, de modo que el santo opta por conducirlo a la ciudad, donde permanecerá ya así toda su vida.

Tal vez no sea ésta una de las pinturas más felices de la serie, sobre todo a la hora de ilustrar el encuentro de ambos protagonistas; sin embargo, la composición en la que domina ese muro quebrado que arranca de la base del cuadro nos convierte en un testigo más de este particular momento.




me parese que ya es un alo desde que di a conocer este blog, un año ha

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