Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

martes, 28 de agosto de 2012

TACNA PARA BOLIVIA


Segundo libro, por un boliviano:


Este libro fue escrito por un boliviano y un chileno antes del año 1920. Busca un solo objetivo: que nuestra querida Tacna, así como Arica pasen al poder de Bolivia. Tacna y Arica estarán en manos de Chile hasta pasados 10 años cuando un referéndum (o plebiscito) decidirá la suerte de las dos provincias. Así dice el Tratado de Ancón que nos han enseñado a más no poder en el colegio. Perú le reclama a Chile que cumpla su palabra; Chile inventa mil razones para retrasarlo.

Según el boliviano, hay tres opciones para terminar con todo este problema.

1º. Que Chile se quede con Tacna y Arica. Por la razón o por la fuerza, jojojo.
El autor iguala nuestra situación con la que pasó con la región de Bosnia-Herzegovina que el Imperio Austro-húngaro se la quedó. A causa de esto, dice el autor para impactarnos*, se originó la Primera Guerra Mundial. En esa época todavía había peruanos que confiaban en recuperar hasta Tarapacá. Lean esta opinión peruana: «No conviene adelantar en esa negociación, aunque sean muy sanas las intenciones del negociador chileno, porque, si solucionamos la cuestión de Tacna perdemos las expectativas sobre Tarapacá”.

2º.  Cumplir con el Tratado, lo que haría un caballero, ¿verdad?, o sea: realizar el Plebiscito.
EI plazo de los diez años para practicar el plebiscito estipulado venció en 1803, hace 25 años, y ese acto no se ha realizado, ¿por qué? En conciencia podemos afirmar que no se ha realizado porque Chile lo ha estorbado, oponiendo todo género de dificultades y de expedientes dilatorios. En Chile se ha culpado al Perú por la demora en los arreglos para el plebiscito, pero no parece que se pudiera comprobar este argumento. A la inversa, en el Perú se culpa a Chile.

Y una tercera razón más que no me acuerdo.

Si Chile niega el Tratado de Ancón, “Chile pierde, ipso facto, el derecho legal a la posesión de Tarapacá y entonces el Perú tiene el suyo expedito para pedir su devolución."

Y así, sin más razón que el sentimiento, pasa a decir que los tacneños y ariqueños debemos quedar en manos de los bolivianos:  “Es evidente que no conviene para la futura paz, tranquilidad y seguridad de Chile que los territorios de Tacna y Arica recobren la nacionalidad peruana, ni tampoco que asuman definitivamente la nacionalidad chilena; lo que a Chile verdaderamente conviene es que formen parte integrante de la Republica de Bolivia la cual pertenecen por la Geografía, por el orden natural de las cosas y hasta por el sentido común. Desde luego esos territorios serán con mucha probabilidad definitivamente, perdidos por Chile, cuando se trate con seriedad el asunto que tarde o temprano, será decidido por un tribunal internacional."

Luego aparecen partes de documentos medio aburridos (seguro que el autor de este texto era abogado) y otra vez nos empieza a comparar, ahora con las provincias francesas de Alsacia y Lorena que los alemanes les quitaron en la guerra franco-prusiana.

Este fragmento es muy interesante, y lo copio enterito, es de un periódico del Perú que reclama justicia con clamor emotivo; página 27:

“Chile, agrega el diario peruano, nos agredió injustificadamente para despojarnos de un bien legítimo nuestro,  obligándonos por la fuerza, el otorgarle un título de propiedad, cuya nulidad arranca del mismo hecho de su violencia. Tampoco tendría derecho el Gobierno para ceder una sección del territorio, dado que solo era administrador y que, además, lo prohíbe nuestra Constitución vigente ahora y entonces; mucho menos tenía derecho para entregar, sin previa consulta, como un rebaño, a numerosos núcleos de habitantes, cuya nacionalidad solo ellos tienen derecho de disponer. Todo esto tiene que tomarse en cuenta en estos tiempos que vienen de reparación de injusticias y el reconocimiento de los derechos violados de los pueblos».**

Página 30. El boliviano llega a su tema central: Conviene a Chile, y sin duda al Perú, también, proponer un tercer término y procurar que sea aceptado. Para Chile no habría problema de “perder” de Arica y Tacna para dárselas a Bolivia. Chile tiene muchos puertos y lo mismo el Perú, pero Bolivia ninguno.

Continúa el autor dando muestras del apoyo (verbal) que recibe la causa boliviana de una salida al mar por otros países, desde EEUU hasta el Brasil; y además de los medios de prensa escrita de aquel entonces siguen citando los casos europeos para validar la petición boliviana (Los periódicos anuncian que las Potencias Aliadas de la Entente ha acordado exigir como una de sus condiciones de paz del estado libre de Polonia el acceso al mar**. p36). Buenas intenciones, y nada más que eso.

Más tratados y artículos... L

La queja boliviana: p 43 “¿Es razonable que Chile y el Perú ocupen un cuarto de siglo en reñir por el territorio de Tacna y el Puerto de Arica, que ni uno ni otro necesita para su seguridad o desarrollo, al paso que a Bolivia se le mantiene encerrada en el corazón del Continente, sin salida propia? Cuenta con un centenar de puertos a lo largo de toda su dilatada costa, y el Perú tiene otros cincuenta. ¿Les hace falta uno más, Arica? ¡Seguramente, no!"

¡Diantres! ¡Ese hombre está loco! ¿Qué sería el Perú sin la Tacna del Bolo, del picante, la marraqueta y sus pujantes nuevas generaciones?

Pero bueno, lo que propone este señor es lo siguiente: que Bolivia se quede con Tacna y Arica y nos dé un territorio más o menos de ese tamaño, y  pagarnos diez millones de pesos. A Chile, le pagaría también sus 10 milloncitos. (p. 45)

Y así se despide: “Al redactar el estudio que precede, hemos sido guiados por el deseo de servir a nuestro propio país, por espíritu de justicia hacia Bolivia y de equidad hacia el Perú. Creemos que con el arreglo propuesto, el Perú nada perdería; Bolivia ganaría mucho, sin perjudicar a nadie; y Chile desprendiéndose de los territorios de Tacna y Arica en favor de Bolivia quedaría más tranquilo, más seguro y más fuerte, que con esa brasa de fuego en las manos.” (p.47)
Agustín Ross.




La segunda parte, si no me equivoco, la escribió un chileno (Luis Barros es el nombre del autor de esta segunda parte). Habla un poco acerca porqué Chile ha querido retener Tacna y Arica por 10 años y más: no tanto para quedárselos, pues no los necesitaba mucho, sino que lo hacían pensando en Bolivia; para que al momento de que ellos se quejen o pidan su salida al mar, como Chile se los había prometido, lo haga por estos territorios, y no por su antigua posesión (Antofagasta), cosa que los diplomáticos peruanos no han considerado. Pp. 53-54

En 1895 hubo un tratado medio secreto en el que Chile y Bolivia decidieron entregar Tacna y Arica a este último. Yo ni enterado, en el colegio no me enseñó eso la profesora de Historia.
“Normalón”, dicen lo chilenos, dales Tacna y Arica, pero no más allá de Vítor, porque allá hay buen salitre que nos va a servir en el futuro.

Como que hay algo de contradicción con el libro anterior, que dice que Chile quiere mucho mucho a Tacna y Arica y las  quiere para sí.  En el otro libro (escrito por un chileno se acordarán) aparece el país del sur muy interesado en estas "provincias del norte".

Pasa finalmente a tratar de asuntos concernientes al comercio entre Chile y Bolivia… aburrido.


Uno de los fragmentos interesantes es el siguiente de la página 85 que anoto ahora y con eso termino por hoy:

EI patriotismo no se considera ya en la precisión de desear, junto con las mayores ventajas comerciales para el propio país, que los demás pueblos con que se halla en relación, sean débiles, pobres o mal gobernados; hoy todos saben que el patriotismo, la energía de carácter y la clara concepción de los propios intereses, la saben sentir todos los pueblos con igual intensidad y que en la riqueza y en el progreso de las demás naciones es donde puede más seguramente hallarse la riqueza y el progreso de propio país.



El libro lo tienen AQUÍ.


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* Y algo tiene de razón.
** Resaltado agregado.




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