Soy de TACNA, y escribo desde acá ocurrencias propias y no necesariamente por coyunturas.

sábado, 17 de marzo de 2012

QUEMANDO VÍRGENES. OPINANTE


_Solo pudo hacerlo un desadaptado mental. ¿O ustedes tiene otra opción?

_Veamos, Bictor, puede haber otra opción. Mira cerca, mira a Rusia quemando iglesias y tirando imágenes hace menos de un siglo.

_Es verdad. Pero entonces, ¿eran locos todos esos?

_No lo creo. Debe de haber otro factor  además de la demencia que origina estos actos: el odio ciego. Una persona que sude por todos los poros aversión a estos símbolos.

_ ¡Ah! Me olvidaba. También están los ingorantes. Si viniera Tarzán y alguien le ofreciera 1000 plátanos por tumbarse la imagen de San Pancracio, lo haría sin el menor cargo de conciencia y culpa.

No más, creo yo.


¿Aprobación o desaprobación? Personalmente desde mi propia opinión personal según yo mi punto de vista es que la desapruebo; sobre todo por el hecho de ser creyente.  Creo que si alguien derrumba El Ojo que Llora pasaría lo mismo con las personas que veneran (o adoran) esa piedra como símbolo político - social.

¿Se molestará el creyente cuando oiga o lea comentarios como «Bien hecho, ojalá destruyan todas esos ídolos.» o «Ya era hora de que alguien lo haga. Yo también quiero tumbarme una»? Supongo que sí. Pero, pensemos. Ambas opiniones (pro y contra) son comprensibles en muchos casos. Los primeros deben de ser gente que vivió en lugares religiosos e hipócritas a la vez, quizá es gente que defiende a capa y espada las últimas teorías cosmológicas, será gente lo suficientemente culta y autosuficiente que no necesita ayuda externa que tal vez ni existe.


Se debería hacer el intento de comprenderlas. En mi caso, viene a ser como un acto de reciprocidad. A mí también me comprenden mis amigos cuando rajo a más no poder de los green, de los ecologistas adalides de la naturaleza, idealistas jóvenes defensores de la vida pura y verde como la marihuana. He ironizado de los greenpeace, no porque sean tontas todas sus posturas (algo de rescatable deben de tener J), sino porque eran espesos, más espesos que quáquer mañanero o Testigo de Jehová tocando la puerta en día de resaca. Hay cosas que en exceso, por más buenas que sean, hostigan.

Afortunadamente, ahora soy más comprensivo, menos inmaduro. El adolescente fanfarrón de años pasados ahora es más sobrio. Aunque nunca faltarán las ocurrencias espontáneas para con mis muy caros amigos (casi hermanos) de grin-PIS, oenegés y protectores de animales a quienes siempre llevo en el corazón. ¡Vean cuánto los aprecio!

Se debería hacer el intento de comprendernos.
Mientras no lleguemos a la ofensa.



Tacna, 14-03-2012
23:56 horas



1 comentario:

  1. plop, ahora que recuerdo bien por la foto, no las quemaron, la rompieron

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